Si alguna vez se necesitó una prueba de por qué los pilotos cobran tan bien, es ésta.
Han aparecido imágenes espectaculares de un piloto aterrizando hábilmente un Airbus en lo que se conoce como "el aeropuerto más peligroso del mundo".
El vídeo no sólo es sobrecogedor por la destreza que demuestra, sino que además da miedo verlo, porque es casi como si uno mismo pilotara el avión.
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Las imágenes se grabaron cuando el avión descendía en el aeropuerto internacional de Paro.
Situado en el país del sur de Asia Bután, es conocido mundialmente por su planteamiento extremadamente desafiante.
Al parecer, sólo 24 pilotos están autorizados a aterrizar allí debido al singular entorno montañoso.
Afortunadamente, uno de esos 24 talentosos pilotos filmó la experiencia desde la cabina de vuelo y la ha subido a YouTube.
Pero antes de aterrizar, los pilotos deben atravesar los valles del Himalaya.
Es más fácil decirlo que hacerlo, ya que requiere ejecutar con éxito 15 maniobras exigentes para aterrizar con seguridad.
En primer lugar, el avión tiene que seguir una serie de giros para alinearse con el valle que conduce a la pista.
Los pintorescos paisajes y las cumbres de las montañas son para morirse, literalmente.
Pero hay que prestar mucha atención en todo momento, ya que el aeropuerto no dispone de un sistema de aterrizaje por instrumentos (ILS) debido a la orografía del terreno.
Por lo tanto, los pilotos deben confiar en su formación y experiencia para guiar visualmente la aeronave.
No sólo eso, sino que también deben mantener la trayectoria de vuelo y la altitud correctas mientras serpentean por el valle.
Por si eso no fuera suficientemente duro, hay un descenso constante con opciones limitadas para dar la vuelta.
Esto significa que los pilotos tienen que gestionar cuidadosamente la velocidad de descenso de la aeronave para mantenerse en la trayectoria de planeo deseada.
Luego hay un giro brusco a la izquierda cuando el avión se acerca al umbral de la pista.
Puede que la pasarela esté a la vista, pero el trabajo duro aún no ha terminado.
Los pilotos tienen que apuntar a puntos de aterrizaje precisos para garantizar un aterrizaje seguro.
Para colmo, la pista de aterrizaje del aeropuerto de Paro sólo mide 2.265 metros, una longitud realmente corta para los aviones comerciales.
Por eso es crucial controlar con precisión la velocidad aerodinámica y el punto de aterrizaje.
El conocimiento del terreno también es crucial, en caso de que el piloto tenga que responder rápidamente a cualquier desviación para garantizar un despeje seguro de los obstáculos.
Tras aterrizar a salvo en Paro, probablemente el piloto sólo tenga una cosa en mente: un buen trago.
Y creemos que es bien merecido después de ese planteamiento extremadamente difícil.
Buen trabajo, chicos.