Al parecer, Warren Buffett tiene un patrimonio neto que ronda los 116.000 millones de dólares.
Esto sitúa al "Oráculo de Omaha" en el cuarto puesto de la lista Forbes 400.
Así que, con esa riqueza, es de esperar que el inversor de éxito se desplace en algo raro y exclusivo, como el Bugatti Centodieci de Cristiano Ronaldo o el Bugatti Veyron Sang Noir de Michael Jordan.
Mientras otros multimillonarios se permiten coches extravagantes como símbolo visible de riqueza y éxito, Warren Buffett prefiere pasar desapercibido.
No estamos hablando de BMW o Mercedes-Benz, sino de algo más discreto.
Según cuentan, Buffett lleva un estilo de vida frugal y sencillo, y como tal elige conducir un Cadillac XTS de 2014.
Al fin y al cabo, es un trozo de metal y apenas define quién eres.
Lo más importante es que la frugalidad y la mentalidad minimalista de Buffett han sido factores clave de su enorme éxito como inversor.
Tiene la capacidad de buscar valor en todos los aspectos de la vida, no sólo en los negocios y las inversiones, lo que ha conformado su peculiar filosofía financiera.
Pero cuando se trata de coches, Buffett tiene una clara aversión a la rápida depreciación de los vehículos nuevos, y en su lugar opta por coches usados que ofrecen importantes descuentos por problemas estéticos como daños por granizo.
Así es, Warren Buffett no solo se pasea en un Caddy XTS de 2014, sino que también está picado por piedras de granizo.
Ya en 2015, reveló a Forbes que solo recorre unos 5.000 kilómetros al año, por lo que no ve la necesidad de sustituir su coche a menudo.
El multimillonario condujo un Lincoln Town Car de 2001 durante una década, antes de subastarlo con fines benéficos y sustituirlo por un Cadillac DTS de 2006.
Condujo ese coche durante ocho años, hasta que lo sustituyó por su actual Cadillac XTS de 2014.